El amor, un manera de decir...... (No es de Crepusculo)

El Reencuentro

Pasaron las días, salí del hospital y no tenia noticias de Antonio ni de Michel, ya que esta ultima no contestaba mis llamadas, eso me tenia realmente angustiada y muy confundida. Porque la vida están injusta, la vida me quito a Miguel y ahora me quieta a Antonio, porque están malvada. Al llegar a mi casa, solo estaban Bianca y José quienes trataron de todas las formas posibles levantarme el ánimo y con mayor importancia que les volviera de dirigir la palabra lo cual me parecía algo imposible.

En la habitación, me encontraba sola no podía soportar ni siquiera la brisa del viento que se colaba por mi ventana. Mis pensamientos vagaban de forma violenta y solo tenían una razón, la persona a la que amo. Trate de llamar incansablemente a Michel, pero seguía sin responder. Lo comunicación con mis padres era nula y me dolía mucho ignorarlos, pero me dolía muchos más lo que le habían hecho a mi amado. Así pasaron las horas y me sumí en un profundo sueño, en el cual sólo pude vislumbrar el rostro de Miguel, estaba tranquilo y sereno tratando de decirme algo, no había soñado con él desde hacia mucho tiempo, más bien desde que Antonio apareció en mi vida como una estrella fugaz que ilumino todo y lo saco de la oscuridad en la que se encontraba sumergida.

Al rayar el sol por mi ventana, la luz me llego directamente al rostro y sus calidos rayos me despertaron de forma muy apacible al igual que las caricias de mi madre las cuales tanto añoraba.

-Sofía, despierta-decía Bianca al otro lado de la puerta.
- Ya estoy despierta-dije sin mayor animo

Me levante de un salto, me vestí velozmente, baje la escalera y salí corriendo de la casa camino al instituto. En la calle no estaba el coche que siempre me esperaba, la desolación me recorrió el cuerpo de la punta de los pies hasta la punta del pelo. Trate de ignorar los hechos pero era algo concreto Antonio había desaparecido. Me sumí en mis pensamientos sin percatarme que un hombre se encontraba apoyado en el árbol que se estaba al otro lado de la vereda. Me pareció conocido, pero mi mente estaba en otro lugar. Sentí como se aproximaba lentamente hacía mi. Al darme media vuelta, me percate de inmediato que era Martín, mi viejo amigo y mi extraño enamorado.

-Hola mi niña- decía tiernamente. Mientras yo me encontraba sumergida en un universo paralelo.
-Hola-conteste casi por inercia.
- ¿Cómo estas?-dijo tomándome la mano
-Bien- dije por mientras zafaba mi mano de su prisión.
-¿Caminamos Juntos?-dijo mirando al suelo
No respondí y solo me dedique a caminar por las calles, que se tomaban de un color gris por mientras pasaba por los lugares que Antonio y yo recorríamos juntos.


Al llegar al intitulo, mire al estacionamiento y hay se encontraba un auto muy lujoso que no había visto en toda mi vida. Una ráfaga de viento me golpeo la cara, solo podía ser una persona y seguramente ella tenia noticias de Antonio. Corrí desesperadamente, olvidándome del mundo a mí alrededor y allí se encontraba ella, Michel, con su cara rozagante y muy feliz.

-Michel, te extrañe ¿Por qué no contestaste mis llamadas?-dije frenética
-Hola, tengo que hablar contigo-dijo con una sonrisa en la cara
-Muy bien, hagámoslo ahora mismo-dije
-Esta bien, vamos a la bodega- dijo. Mientras yo me encontraba totalmente desconcertada, seguramente había leído mis pensamientos, cuando Antonio y yo nos vimos por primera vez.

-Sígueme- dije tomándola de la mano
-¿Dónde esta Antonio?-dije por mientras caminábamos
-mmm, no puedo decírtelo –dijo tratando de desviar el tema

Todo fue silencio hasta que llegamos y ella me insito a entrar sola. La obedecí de inmediato y mi sorpresa su de muerte. Mi amado estaba sentado en una mesa, con la vista clavada en mí, trate de volver a respirar, pero me fue casi imposible. Los metros que nos separaban, se volvieron kilómetros, sólo pude correr hacia él y abalanzarme a sus brazos, ya que la separación había sido terrible.

-Mi amor, que bueno que estas vivo-dije entre sollozos
-Gracias a ti estoy aquí, no podía permitir que nos separaran- dijo besando mi cabello.
-¿Pero como estas vivo?-dije volviendo a la realidad
-Recuerdas, no soy del todo humano- dijo con una sonrisa en el rostro
-Te amo y no podía soportar la idea de no verte nunca más
-Yo también te Amo-decía por mientras sus dedos recorrían disimuladamente mi rostro.
-¿Qué paso con tu abuelo?-dije inmediatamente
-Él esta muy bien, en un lugar donde nunca más nos volverá a molestar-decía mirado fijamente a la puerta
-Esta muerto- dije alarmada
-Si- dijo firmemente
-¿Pero que sucedió?-dije buscando una explicación
-Esta bien te lo contare todo- dijo tristemente.